Nueva Invasión
GUATEMALA CITY.- Las iglesias evangélicas son cada vez más numerosas en Guatemala. Aproximadamente el 40% de la población es evangelista. Los evangelistas son cristianos protestantes que ven en Jesucristo la única salvación y esperan su segunda llegada a la tierra.
Existen numerosas variantes y gran parte de las iglesias o congregaciones pueden considerarse como sectas. Hacen una interpretación literal del Nuevo Testamento y muchos se pueden calificar de integristas.
Según sus creencias es pecado beber, bailar, fumar, mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio… Su misión es la de evangelizar y realmente sus discursos llegan a resultar pesados sobre todo si no te queda más remedio que escucharlos. Por ejemplo si vas en bus y se sube un predicador espontáneo que empieza a bombardear a los pasajeros con ideas absurdas.
El auge de esta religión en el país y el resto de América Latina está directamente impulsado por los EE.UU. El plan Rockefeller apunta la necesidad de convertir a América Latina al protestantismo como estrategia para evitar la gran influencia que ha tenido la Iglesia Católica hasta el momento. Las autoridades católicas en el continente se han caracterizado por su posición comprometida con los pobres y se les ha acusado de fomentar el comunismo, la gran amenaza de la primera potencia mundial. No olvidemos la Teología de la Liberación.
Para poner fin a esta influencia han financiado a numerosas congregaciones evangélicas que florecen a lo largo y ancho de todo el país. Cualquier aldea por remota o pequeña que sea cuenta con su templo evangélico. En muchas ocasiones es el refugio de “balas perdidas” que necesitan amarrarse a lo que sea para seguir a flote. Con la promesa de dejar de sufrir mucha gente está abrazando esta religión.
El evangelismo se está convirtiendo en el auténtico “opio del pueblo”.
Existen numerosas variantes y gran parte de las iglesias o congregaciones pueden considerarse como sectas. Hacen una interpretación literal del Nuevo Testamento y muchos se pueden calificar de integristas.
Según sus creencias es pecado beber, bailar, fumar, mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio… Su misión es la de evangelizar y realmente sus discursos llegan a resultar pesados sobre todo si no te queda más remedio que escucharlos. Por ejemplo si vas en bus y se sube un predicador espontáneo que empieza a bombardear a los pasajeros con ideas absurdas.
El auge de esta religión en el país y el resto de América Latina está directamente impulsado por los EE.UU. El plan Rockefeller apunta la necesidad de convertir a América Latina al protestantismo como estrategia para evitar la gran influencia que ha tenido la Iglesia Católica hasta el momento. Las autoridades católicas en el continente se han caracterizado por su posición comprometida con los pobres y se les ha acusado de fomentar el comunismo, la gran amenaza de la primera potencia mundial. No olvidemos la Teología de la Liberación.
Para poner fin a esta influencia han financiado a numerosas congregaciones evangélicas que florecen a lo largo y ancho de todo el país. Cualquier aldea por remota o pequeña que sea cuenta con su templo evangélico. En muchas ocasiones es el refugio de “balas perdidas” que necesitan amarrarse a lo que sea para seguir a flote. Con la promesa de dejar de sufrir mucha gente está abrazando esta religión.
El evangelismo se está convirtiendo en el auténtico “opio del pueblo”.
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