La Sexta Avenida
GUATEMALA CITY.- (Foto de Wilfredo Hernández) No, no estamos en Nueva York. Seguimos en Guatemala capital, exactamente en la sexta avenida a su paso por la zona uno. A lo largo de toda la calle, desde el Parque Central hasta el lugar conocido como La Placita, se extiende un gran mercado callejero.
Como en cualquier otro punto del globo, estos días prenavideños el espíritu consumista invade la ciudad. La avenida se cierra al tráfico rodado y la afluencia de público es mayor que un día normal.
Todavía quedan en pie muchos edificios de estilo neoclásico que dejan adivinar tiempos mejores. Letreros de cines y teatros de épocas pretéritas nos dan señales de una ciudad próspera con una intensa actividad comercial. Eso ocurrió a principios del siglo XX. Ahora, miles de puestos de todo tipo invaden las aceras. Música a todo volumen, vendedores ofreciendo sus productos a voz en grito, ladronzuelos esperando el despiste que les dé de comer ese día…
“Pase adelante, pregunte caballero, no tenga pena”, “¿qué estilo le damos? Tenemos de todo”… Son algunas de las frases que se pueden oír cuando paseas por aquí. También hay vendedores ambulantes ofreciendo bebidas, comida y granizados que recorren la avenida arriba y abajo en busca de compradores.
Todo un espectáculo digno de ser contemplado, eso sí armado de paciencia y a ser posible de una buena sombrilla para protegerse del sol. Si necesitamos algo seguro que aquí lo encontraremos y a un buen precio. Por supuesto algo que se pueda comprar.
Como en cualquier otro punto del globo, estos días prenavideños el espíritu consumista invade la ciudad. La avenida se cierra al tráfico rodado y la afluencia de público es mayor que un día normal.
Todavía quedan en pie muchos edificios de estilo neoclásico que dejan adivinar tiempos mejores. Letreros de cines y teatros de épocas pretéritas nos dan señales de una ciudad próspera con una intensa actividad comercial. Eso ocurrió a principios del siglo XX. Ahora, miles de puestos de todo tipo invaden las aceras. Música a todo volumen, vendedores ofreciendo sus productos a voz en grito, ladronzuelos esperando el despiste que les dé de comer ese día…
“Pase adelante, pregunte caballero, no tenga pena”, “¿qué estilo le damos? Tenemos de todo”… Son algunas de las frases que se pueden oír cuando paseas por aquí. También hay vendedores ambulantes ofreciendo bebidas, comida y granizados que recorren la avenida arriba y abajo en busca de compradores.
Todo un espectáculo digno de ser contemplado, eso sí armado de paciencia y a ser posible de una buena sombrilla para protegerse del sol. Si necesitamos algo seguro que aquí lo encontraremos y a un buen precio. Por supuesto algo que se pueda comprar.
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