Algo se mueve

GUATEMALA CITY.- La semana del 17 al 21 de abril estaban convocadas una serie de marchas populares en protesta por el actual gobierno de Oscar Berger. Campesinos indígenas, sindicalistas y estudiantes convocaron marchas y cierres de carreteras en todo el país.

El día antes de la primera manifestación el gobierno, en una demostración de fuerza, hizo un “show” en el Parque Central con los agentes antidisturbios y el nuevo material que “sin lugar a duda”, según el director de la Policía, estrenarían al día siguiente.

En la fecha señalada todo transcurrió con relativa calma en la mayoría del país. Pese a ello se registró algún disturbio y por supuesto la policía utilizó de manera excesiva su fuerza contra los manifestantes.

En la capital la principal marcha logró juntar aproximadamente a medio millar de personas que acabaron concentradas frente a la Casa Presidencial. Reivindicaban, entre otras cosas, el derecho a la tierra en un país en el que el 70% está en manos de una élite que no suma el 5%.

Tras una reunión con el Vicepresidente de más de cuatro horas desconvocaron las protestas previstas para las siguientes jornadas. Les prometieron que tratarían el tema, nada más. Mientras tanto todo sigue tranquilo en el país.

Por un momento hubo esperanza de que algo comenzara a moverse, de que la gente despertara y exigiese aquello que le pertenece. Sólo duró unas horas.

El gobierno amenazó con represalias si se cortaban las carreteras (hecho que hubiera perjudicado al tejido empresarial) y, según lo ocurrido, surtieron efecto. El lunes 24 de abril se leía en la prensa, en la columna de opinión de la mayor fortuna de Guatemala, que los bloqueos de las rutas terrestres son “actos intimidatorios que provocan conflictos y no permiten la búsqueda de soluciones”. Añadía que los manifestantes “intentan conseguir, por medio de la violencia, lo que no pudieron ni desean conseguir por medio de la participación política y el proceso electoral”.