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Lugar: Guatemala, Guatemala City

Este blog nace de una amistad que se forjó a finales de los noventa en algún antro de Salamanca. Sus autores consideran que el periodismo sigue siendo el oficio más bonito del mundo. Lourenço ha llevado esa máxima desde Asturias hasta Guatemala y Canal la practica desde Madrid. Los dos juntos te ofrecen, querido lector, otra ventana al mundo. Que la disfrutes...

miércoles, diciembre 07, 2005

"Prensa Roja"


GUATEMALA CITY.- Tres jóvenes, aún sin identificar, aparecieron muertos ayer hacia las seis y media de la mañana. Los cuerpos fueron encontrados en un canal al borde del Bulevar La Paz a unos cien metros del puente Belice. Vecinos de la zona encontraron los cadáveres y llamaron a los Bomberos Voluntarios que se personaron en el lugar.

Los muertos tenían entre 16 y 20 años y presentaban signos de estrangulamiento. La policía apuntaba a un ajuste de cuentas entre maras (pandillas) como posible móvil del crimen. Uno de los jóvenes presentaba varios tatuajes, algo habitual entre los mareros. Todos tenían el pelo teñido y llevaban ropa de sport.

Por las heridas que se veían pudieron ser objeto de algún tipo de tortura. Las caras estaban totalmente amoratadas y deformadas. Sin duda un espectáculo dantesco al que la gente está demasiado habituado. Como siempre niños y adultos querían ser testigos de lo que estaba ocurriendo.

La rutina de todos los días. Los primeros en llegar al lugar de los hechos son los Bomberos, luego la PNC (Policía Nacional Civil) que acordona la zona. Finalmente llegan los médicos forenses y fiscales del MP (Ministerio Público) para recoger las pruebas y hacer el primer reconocimiento. Trabajan bajo la atenta mirada de periodistas y curiosos. Aquí en vez de existir la prensa rosa existe la prensa roja.

Una vez que terminan los del MP es hora de retirar los cuerpos. No los meten en bolsas de plástico ni los tratan con demasiado cuidado. Cierto que ya están muertos y que ni sufren ni padecen pero un poco de delicadeza no estaría de más. Los cogen como pueden y los arrojan en la parte trasera de la camioneta en una escena demasiado grotesca para seguir contándola.