En el camino
PALESTINA.- Es el título de una novela de Kerouac, pero también es donde quedaron dos hombres la mañana del día 29 de Noviembre. En Guatemala es el pan de cada día. Dos jóvenes muertos a balazos y arrojados en la cuneta. Los cadáveres se encontraban separados uno del otro aproximadamente un kilómetro.
El lugar donde aparecieron es conocido como Palestina, vaya usted a saber por qué, una zona de cafetales del departamento de Escuintla, a unos 50 kilómetros al sur de la capital. Es un sitio caluroso y polvoriento, infestado de insectos y bastante transitado por los agricultores de la zona.
El lugar donde aparecieron es conocido como Palestina, vaya usted a saber por qué, una zona de cafetales del departamento de Escuintla, a unos 50 kilómetros al sur de la capital. Es un sitio caluroso y polvoriento, infestado de insectos y bastante transitado por los agricultores de la zona.
“Los cadáveres presentaban numerosos impactos de bala. No encontramos ningún documento que los identificara y no llevaban nada en los bolsillos” explicó Julio Villatoro, juez de paz de Palín que se desplazó al lugar de los hechos. “Por sus ropas parecen de la capital”, comentó un policía. “En los últimos 15 días han aparecido 20 cadáveres en este departamento” comenta César Muñoz, bombero voluntario.
La escena se repite una y otra vez. Policía, bomberos, una zona acordonada y decenas de curiosos. Lo más llamativo es la cantidad de niños que se arremolinan para mirar los muertos. En España sería impensable, los adultos lo primero que harían sería tapar los ojos de los pequeños y llevarlos lejos del lugar. Por desgracia aquí la muerte se ha vuelto algo cotidiano incluso para los más pequeños. Miran con su curiosidad infantil y comentan lo “feo que está el chavo”, no se asustan, no tienen pesadillas. Cuando le comentas que no van a poder dormir te miran extrañados y se echan a reír. “A él lo van a matar así cuando sea mayor” dice un niño, medio en broma medio en serio, refiriéndose a su compañero de juegos que tiene al lado.
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